Cualquiera que tenga un gato, o haya observado a los animales más a menudo, lo sabe – un gato es un animal muy limpio, y le gusta lamerse mucho el pelo. Esto plantea inevitablemente la cuestión de si tú, como propietario de un gato, tienes que hacer algo para el cuidado del pelaje de tu gato. El gato también se lame las patas regularmente. También la mordisquea a menudo para eliminar la suciedad que se ha acumulado entre sus dedos. Aquí te surge la misma pregunta. ¿Tienes que apoyarlos con el cuidado de las patas, o no? Puedes saber cómo comportarte correctamente como propietario de un gato aquí.
Cómo se acicala tu gato
Parece que tu gato se lame constantemente. Si sumas el tiempo que pasa acicalando su pelaje y sus patas, también tienes de tres a cuatro horas al día. Por supuesto, la pata de terciopelo no puede hacerlo de una sola pieza. Sin embargo, varias veces por hora, se lame el pelaje, se mordisquea las patas y se da un tirón.
En el proceso, se lame el pelo suelto y las escamas de piel de su pelaje. También estimula su circulación sanguínea mediante el aseo. El motivo no es sólo el movimiento de lamido en sí, sino también el hecho de que los gatos tienen una lengua muy áspera. De este modo, sus cuidados corporales actúan como un masaje.
Además, tu gato estimula sus glándulas sebáceas al lamerse. Esto hace que las glándulas sebáceas segreguen grasa, que se distribuye por todo el pelaje del gato a través de la golosina. Esto hace que su pelaje tenga un aspecto sedoso y suave y, además, lo protege de la humedad, como la lluvia, debido al mayor contenido de grasa. Los gatos también utilizan el acicalamiento para marcar su territorio, porque cuando se acicalan, esparcen su propia secreción de olor sobre su cuerpo, que se les pega dondequiera que vaguen por el barrio.
Cómo ayudar a tu gato con el aseo
Aunque parezca que los gatos tienen su aseo bajo control, debes ayudar a tu mascota con su aseo. La mejor manera de ayudar al aseo es adaptar el programa de aseo a la raza de tu gato . Si tienes un gato desnudo, no tienes que acicalar su pelaje, por supuesto, pero debes vigilar su piel y limpiarlo de vez en cuando con un paño húmedo, o incluso bañarlo.
Los gatos de raza con pelaje muy largo, por ejemplo los persas, deben ser cepillados diariamente. Si no lo haces, existe el riesgo de que su pelaje se anude y se enrede. Definitivamente, los gatos de pelo largo no pueden manejar el aseo por sí solos y siempre necesitan el apoyo de su dueño.
Los gatos domésticos normales sobreviven bien sin ayuda en el aseo si es necesario. De todos modos, suelen estar contentos de que los cepillen, ya que disfrutan de la atención que les prestan. Especialmente en las épocas de cambio de pelaje, es decir, en primavera, cuando los animales se desprenden del pelaje de invierno, incluso los gatos domésticos suelen agobiarse fácilmente con su aseo. Para ti, como propietario, la ayuda también tiene algunas ventajas. Tendrás menos pelos sueltos de gato en tu ropa, en los muebles y en el suelo, y además crearás un estrecho vínculo con tu mascota gracias al tiempo que pasáis juntos.
El cuidado de las patas
La ayuda para el cuidado de las patas está especialmente indicada para los gatos de interior. Porque la pata también incluye las garras. Los vagabundos suelen acortar sus garras de forma independiente en la naturaleza, rascando en los árboles. Aunque los gatos de interior deben tener un poste de rascado que les permita también cortarse las uñas, no todos los gatos domésticos quieren utilizarlo.
Por tanto, debes comprobar regularmente la longitud de las uñas de tu gato y recortarlas con tijeras para uñas si es necesario. Los gatos mayores también suelen necesitar ayuda para ello, pues ya no pueden mantener las uñas cortas por sí mismos.
Por lo demás, el gato suele limpiarse las patas por sí mismo y sólo hay que intervenir en casos excepcionales. Los casos excepcionales podrían ser si el tiempo es muy fangoso y el gato ha caminado por el barro, o si las patas del gato están contaminadas por la sal de la carretera en invierno. A continuación, debes limpiar cuidadosamente las patas con un paño húmedo y aplicar en las almohadillas dañadas una crema especial para el cuidado de las patas, disponible en tiendas especializadas.
Cómo acostumbrar a tu gato a su programa de acicalamiento
Lo mejor es acostumbrar a tus patas de terciopelo a los cuidados corporales y de las patas mientras son bebés. Primero debes mostrarle todo el equipo que utilizas para el aseo y dejar que lo huela. Puedes utilizar un cepillo para gatos, un peine para gatos, un guante de aseo con protuberancias de plástico y unas tijeras para las uñas.
Al cepillar el pelaje, empieza siempre por la cabeza y desciende por la espalda y los lados en la dirección del crecimiento del pelaje. Nunca cepilles a contrapelo. Para los gatos de pelo largo, trabaja primero la capa superior y repite el proceso con la capa inferior. En cualquier caso, no debes exigir demasiado a tu mascota, sino acostumbrarla al programa de aseo en pequeños pasos.
No obligues a tu mascota a hacer nada – si al gato no le apetece, puedes darle un descanso y continuar con el cepillado más tarde. A menudo se consigue un buen éxito con unas cuantas golosinas dadas como recompensa cuando el animal se ha mantenido quieto.
Qué más debes tener en cuenta
Cuando cepilles a tu gato o le cortes las uñas, no debes estar presionado, sino relajado y con tiempo para tu mascota. De lo contrario, tu nerviosismo o tu posible mal humor se trasladarán a tu animal. Además, trabaja sólo con productos especiales para el cuidado de las mascotas y no con tu propio cepillo viejo, por ejemplo, porque no está diseñado para la estructura del pelo del gato.
A la hora de comprar el aparato de acicalamiento, es aconsejable pedir consejo a un especialista en una tienda de artículos para mascotas. Dependiendo de la estructura de la capa, son adecuadas diferentes herramientas. Como los gatos suelen ser vengativos, pueden resentirse por el uso de un cepillo mal elegido, que tira de él, y sabotear otros intentos de peinado.
Sólo debes bañar a tu gato si estás acostumbrado a bañarlo desde que era un bebé, o si su pelaje está tan sucio o parasitado que no puedes limpiarlo correctamente de otra manera. Además, los gatos sólo deben ser recortados en casos excepcionales, por ejemplo, si su pelaje está muy enmarañado.